Claudio Bravo en una imagen habitual en los duelos de la Real Sociedad. |
Por Edgar Merino Vidangossy
Luego del partido frente al Almería en enero, Bravo salió al paso, aludiendo que después de que te lancen tantas "calabazas" traducidas como "melones" en buen chileno, es difícil no equivocarse nunca... Bastante razón tiene el chileno, porque si uno analiza los partidos de la Real Sociedad, la defensa de los de San Sebastián abusa domingo a domingo de las condiciones poco habituales (para ser arquero) de Bravo con los pies, y ceden el balón como si fuera casi una orden o una obligación táctica hacerlo.
El capitán de la "Roja" tienen un gran juego con los pies que siempre lo ha destacado entre sus pares. Cuando el "Cóndor Chico" (como le apodan algunos) estuvo en Colo Colo fueron varias las asistencias que entregó a los delanteros albos, porque sus saques no eran tiros al aire, sino que verdaderas habilitaciones de gol.
Lamentablemente cuando el arquero se equivoca las críticas son más fuertes que en otras posiciones.
Xabier Isassa, periodista del Mundo Deportivo (www.elmundodeportivo.es), en referencia al tema considera que "la diferencia entre un recurso y un automatismo sobre un terreno de juego parece clara. Lo primero es una maniobra, que debería ser excepcional, para salir del paso de algún apuro que pueda presentarte el adversario. Lo segundo, por consiguiente, sería una acción técnica más propia de un plan preconcebido, parte de una forma voluntaria de entender el juego. Las cesiones al portero deberían ser un recurso más que un automatismo, pero en la Real, desde que Claudio Bravo defiende su portería, se han invertido los papeles, al punto que ceder el esférico se ha transformado en una mala costumbre".
"El futbolista de campo, a priori, está más dotado para jugar el balón con los pies que el portero pero en la Real, acostumbrados al magisterio del chileno, hay unos cuantos que abusan de cederle el esférico a discreción. En cualquier situación, sin presión del rival, con presión del rival, balones fáciles, difíciles... A Bravo se le acumulan los esféricos para golpear en largo y, claro, de la cantidad, llega el error. Lo fácil es culpar al portero cuando el porcentaje de acierto y precisión que tiene con el pie será el mejor de la Liga pero, ¿acaso no es más responsable el jugador de campo que oculta sus carencias desde la solución fácil de quitarse el balón de encima dándosela al portero? Yo lo tengo claro y estoy a muerte con Bravo", añade Isassa.
Esta opinión viene a reforzar lo mencionado anteriormente en la columna... para la Real es un lujo contar con un jugador de campo más, el que disfrazado de arquero puede salir jugando con gran virtusismo desde el área propia y ayudar a generar peligro a su escuadra con precisos lanzamientos. Su nombre es Claudio Bravo, nuestro capitán, nuestro arquero.
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