SAN SEBASTIÁN..-
Un club como la Real, con recursos económicos limitados, tiene que pedir una cosa a sus fichajes: que den puntos. Claudio Bravo cumple esa condición con creces. El meta chileno marca las diferencias y sus actuaciones hacen sumar al equipo en numerosas ocasiones.
Esta temporada, sin ir más lejor, ha realizado paradas asombrosas. Él elige la que hizo al Espanyol, en la que voló de poste a poste impulsándose con la mano en el suelo para salvar el 1-0 en el tiempo de descuento. Fue increíble. También queda para el recuerdo el cabezazo que sacó al deportivista Riki abajo, al estilo de la parada de Gordon Banks a Pelé en el Mundial de México de 1970. En la primera jornada evitó un gol a última hora del Villarreal, que permitió a la Real ganar el partido del regreso a Primera por 1-0. Según Martín Lasarte, aquella victoria ha sido la más importante de la temporada. Bravo tuvo bastante que ver.
El chileno es uno de los pilares del equipo, junto a Xabi Prieto y Joseba Llorente, los tres protagonistas de aquella primera victoria que allanó el camino a todo lo que ha venido después.
Bravo tiene contrato con la Real hasta 2015 y es uno de los grandes activos del club. Desde que llegó en el verano de 2006, siempre ha demostrado una lealtad a la entidad digna de mención. Siendo internacional, aguantó una temporada completa en el banquillo en Segunda División sin decir una palabra más alta que la otra. Luego se hizo con la titularidad y su influencia en el equipo no ha dejado de aumentar. No ha dudado en renovar cuando podía haber buscado ofertas.
Es una pieza básica por sus paradas y por su sorprendente juego con el pie, que le sirve para ser el primer atacante en muchas ocasiones, pero sobre todo para reforzar la defensa porque los cuatro de atrás saben que siempre pueden cederle el balón con garantías. Eso permite a centrales y laterales jugar más tranquilos, lo que les hace mejores. De hecho, en ocasiones abusan de las cesiones a Bravo, tal es la confianza que tienen en él.
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